
Hoy se presentan como una verdadera opción de educación, siendo uno de sus atributos la continuidad educativa que garantizan a sus alumnos, algo que a los colegios de formación presencial les fue imposible conseguir durante 2020.
La irrupción y prolongación de la pandemia ha impactado fuertemente de manera negativa en la educación escolar. Debido al confinamiento, los colegios se vieron impedidos durante 2020 de impartir clases de manera presencial, por lo cual todos los establecimientos debieron asistir a sus alumnos de manera remota. El gran problema al que se enfrentaron, en especial los colegios públicos y rurales, es que muchos de sus estudiantes no contaban con computadores en sus hogares o conexión a internet. Esta situación generó que un gran número de alumnos desertara. Esto ocurrió en todas las regiones de Chile y países de América Latina. De hecho, Farhan Haq, portavoz de las Naciones Unidas, señaló que la región tiene a 114 millones de niños que siguen sin tener educación en persona. Por otro lado, en un estudio, la Unicef concluyó que los niños en Latinoamérica y el Caribe han perdido una media de 158 días de escolarización presencial.
Ante este crítico escenario, los colegios virtuales han cobrado protagonismo, transformándose en una verdadera opción para que los estudiantes no sigan perdiendo jornadas de escolarización. En Chile, actualmente existen cerca de una decena de colegios que imparten sus clases de manera 100% online. Ellos no se rigen por la Ley General de Educación (LGE), ya que el Ministerio de Educación solo cuenta con el registro de los establecimientos educacionales que dictan clases presenciales y que tienen reconocimiento oficial, los cuales son cerca de 16 mil. ‘Esto no incluye a los colegios virtuales, pues no cuentan con este reconocimiento oficial’, señala Raimundo Larraín, jefe de la División de Educación General (DEG) del Mineduc. La validación de estudios de los establecimientos virtuales se hace a través de la rendición de exámenes libres por parte de sus alumnos. Según Fernando Prieto, CEO y fundador de Pixarrón, el motivo de la explosión de los colegios virtuales se genera principalmente porque los establecimientos tradicionales no están pudiendo entregar una continuidad académica razonable o mínima en algunos casos.
‘Lo que están haciendo muchos de ellos es entregar clases por videoconferencia, es decir, manteniendo el modelo industrial de la educación con todos al mismo ritmo, apuntando al alumno promedio’, explica. Prieto hace hincapié en que no hay que confundir una escuela virtual con más clases por videoconferencia a menor costo. ‘El desafío verdadero es ofrecer un modelo pedagógico de autoaprendizaje, amigable, personalizado, que fomente el desarrollo de habilidades superiores’. Uno de los centros educacionales online que más alumnos matriculados tiene hoy es el Colegio Virtual de Chile, que nació en 2016 en respuesta a la necesidad de diversas familias que optaban en aquel momento por educar a sus hijos en la casa, pero que buscaban además pertenecer a una comunidad educativa. La matrícula para marzo del año 2020 fue de 650 estudiantes, pero ya para abril del mismo año se había disparado a 1.400 alumnos. Este año lograron matricular a 4 mil estudiantes. ‘Reconocemos que uno de nuestros mayores atributos recae en la personalización de la educación, ya que trabajamos en cursos de siete a 10 estudiantes por nivel, lo que permite conocer a los estudiantes en profundidad, aportando a su aprendizaje académico y personal en forma integral’, señala Nicole Barahona, directora del Colegio Virtual de Chile.
Ana María Raad, creadora de la Fundación Reimagina y Aprendoencasa.org, dice que se ha observado un crecimiento de este tipo de enseñanza, ‘porque la pandemia obligó a las familias a acelerar la búsqueda de respuestas y modelos a distancia y en línea, que están mejor diseñados’. En cuanto a los atributos de los colegios completamente en línea, Raad indica que fueron diseñados desde el inicio como virtuales y cuentan con un modelo previamente estructurado y pensado para lograr una educación a distancia más efectiva. ‘Por otro lado, no son, como muchos piensan, colegios que estén 100% en la virtualidad, sino que combinan clases frente al computador, pero también horas y tiempos fuera de este’. Una gran crítica que reciben los colegios virtuales es que en ellos se pierde la formación social de los estudiantes; un pilar fundamental en su desarrollo. Pensando en esa problemática, la Corporación de Educación y Salud de Las Condes decidió crear el colegio https://eolascondes.cl , definido como un centro educacional semipresencial, donde la enseñanza la entregan a través de internet y con actividades complementarias presenciales en centros deportivos, artísticos y culturales de la comuna.
Cada curso está compuesto de un máximo de 25 alumnos y sus clases son de 8:00 a 14:00 horas. Ricardo Gutiérrez, secretario general de la Corporación de Educación y Salud de Las Condes, comenta que la iniciativa nace de la experiencia de un año de clases online en pandemia, la falta de vacantes disponibles en sus colegios, las dificultades económicas que sufren varias familias de clase media como consecuencia de la crisis sanitaria y la valoración de padres y apoderados de la educación en línea. ‘Se les entrega a los alumnos la posibilidad de avanzar en sus estudios a través de un plan personalizado, acompañado y orientado por docentes. Además, el sistema permite identificar brechas y nivelar antes de seguir avanzando’, explica Gutiérrez.